Año 2030. La escuela del futuro.

 


¡Hola a todos!

Hoy quiero haceros una propuesta un poco diferente: la escuela del futuro. En ella, voy a comentar aquellos elementos que considero que deberíamos implementar y aquellos de los que deberíamos librarnos. Vamos allá:

Ah, el futuro, ese sitio tan incierto. Bueno, quizás no tanto, pues entre todos tenemos la capacidad de cambiarlo, aunque para ello se necesita fuerza de voluntad (y medidas políticas, económicas, sociales...). Pero bueno, partamos de la base de que contamos con ellas y que hemos avanzado ya en el camino del cambio (a mejor, por supuesto).

¿Qué considero que deberíamos cambiar del sistema del año 2020? En primer lugar, la concepcióon que aún tenemos de las calificaciones como sinónimo de aprendizaje, no porque las calificaciones sean inútiles, sino porque evalúan exclusivamente la capacidad de hacer pruebas escritas u orales. En segundo lugar debemos replantearnos la función que tienen los deberes, pues cada vez se tiene más en mente que no propician el desarrollo de las competencias que se les atribuyen pasada una cantidad de horas semanales, amén de que no se contextualizan ni coordinan con los del resto de las asignaturas, de modo que dan como resultado una carga exagerada de trabajo para los alumnos. Por último, ¿acaso no somos expertos en nuestras especialidades? Pues dejemos los libros de texto a un lado y desarrollemos nuestros programas en base a nuestro conocimiento y nuestra capacidad de localizar información en diversas fuentes. Que no se diga que no somos nada sin nuestras chuletas encuadernadas.

¿Qué pienso que debemos implementar en el sistema educativo? La concienciación sobre el valor de la escuela en su conjunto y de la participación, tanto dentro como fuera de ella, de alumnos, docentes y familias. Sólo así podremos empezar a construir este fundamental, pero menospreciado, pilar de nuestra sociedad. Hecho esto, lo demás sólo requerirá de un poco de esfuerzo diario por sacarlo adelante.

Y hasta aquí la propuesta de hoy. ¿Esperábais acaso un planteamiento más futurista de las aulas o de los entornos de los centros? Pues lo siento, pero una década pasa muy rápido y, aunque la tecnología avanza a pasos agigantados, su implantación es lo que en última instancia cuenta y eso, amigos, no va tan rápido como nos gustaría (en alguna ocasiones).

Gracias por leer. ¡Hasta la próxima!

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