Ventajas y desventajas de los centros educativos centralizados frente a los descentralizados y una reflexión acerca de las escuelas en casa.

 


¡Hola a todos!

Hoy quiero hablaros de las ventajas y desventajas de los centros educativos centralizados frente a los descentralizados, pues es un tema interesante y convendría reflexionar sobre ello. Además, trataré el tema del homeschooling o la educación en casa. Vamos allá:

Antes de entrar en disquisiciones, debemos tener claro qué diferencias hay entre un modelo de centro educativo y otro. Podemos definir un centro educativo centralizado por lo siguientes puntos:

 1- Es una unidad organizativa del sistema escolar que debe reproducir las decisiones establecidas en instancias superiores. Como consecuencia, dispone de una estructura fuertemente verticalista.

2- La escuela no tiene entidad propia y se organiza en función de planteamientos generales, muchas veces ajenos a los intereses de cada comunidad educativa.

3- El papel de la Administración educativa se centra en la elaboración de normas y en la verificación de su cumplimiento, considerando que el funcionamiento eficaz se garantiza con la existencia de normas adecuadas que se cumplen.

4- El modelo de profesor deseable es el de “reproductor” que desarrolla la parte del currículum que le corresponde, que no precisa de coordinación con otros compañeros y altamente individualista.

5- La participación de los padres y madres y del alumnado es mínima y se centra, únicamente, en procesos de información.

Por otro lado, un centro descentralizado, es decir, aquel que no se atañe a unas normas específicas de forma tan rigurosa, está caracterizado por:

1- La Administración educativa es considerada como un órgano que tiene como principal función garantizar la unidad del sistema, coordinar actuaciones e impulsar propuestas a partir de unos planteamientos mínimos y consensuados. Estos planteamientos institucionales configuran el proyecto de gestión del centro educativo y, en definitiva, el eje vertebrador de un auténtico centro autónomo.

2- El centro se configura con características singulares del entorno, alumnos, padres, profesorado y también con aspiraciones, limitaciones, posibilidades y necesidades únicas.

3- El centro puede tomar decisiones y establecer sus propios planteamientos a partir de su entorno sociocultural, de su historia y de su cultura organizativa. En definitiva, el centro educativo autónomo se convierte en un elemento nuclear y básico en el sistema educativo.

Antes de entrar en el análisis de ambos, debemos tener en cuenta que en España, pese a contar con una mayoría de centros centralizados o dependientes, estos tienen margen de maniobra a la hora de poner en práctica los métodos educativos.

En primer lugar, a mi modo de ver, que se impongan elementos como los contenidos de las materias no es una desventaja, pues garantiza que todos los alumnos, estudien en la parte del territorio nacional que estudien, van a recibir estos contenidos de forma equitativa en su formación, lo que porpicia, entre otras cosas, la creación de una única prueba de acceso a la universidad, en lugar de las que tenemos, en función de cada Comunidad Autónoma. Es decir, debemos buscar la igualdad.

Por otro lado, no podemos perder de vista que todo tiene su contexto y que este dictamina los detalles de la aplicación de las doctrinas educativas. Como ya he dicho, en España los centros educativos dependientes tienen la posibilidad de salirse de las instrucciones generales. Sin ir más lejos, el centro en el que cursé la secundaria, inmerso en la tranquilidad del pinar castellano, promovía este tipo de actividades. 

Por último, encontramos el tema de la coordinación. En la entrada anterior dije que los conocimientos sobre una materia se dan por sentados, pero lo que de verdad lo caracteriza como docente es su capacidad para adaptarse a los cambios, dentro y fuera del aula. Para esto, la comunicación y la coordinación entre los porfesores y las familias es fundamental.

¿Quiere decir esto que un modelo es mejor que el otro? No, ambos son imperfectos, tienen fallos. Pero ahí es donde estra, de nuevo, la figura del docente, como mediador entre ambos modelos, tomando lo mejor de cada uno y aplicándolo.

Hablemos ahora de la educación en casa. ¿Qué es la educación en casa? Pues bien, este es un modelo educativo en el que los padres optan por no llevar a sus hijos a clase y los forman en casa.

La primera alarma que tiene que saltarnos al leer esto es "¿y si los padres no tienen la formación necesaria para educar a sus hijos?" Por supuesto que, incluso en estos casos, hay una regulación por parte de las autoridades competentes, pero aún con esto, soy reticente a este modelo. 

Se han propuesto posibilidades como escuelas por bloques de edificios, manzanas, comunidades de vecinos... pero ¿hay suficientes voluntarios para esto? Sí, digo voluntarios porque estos "centros", a priori, buscan una mejor educación para sus hijos y, de modo contrario, no se diferenciarían de una escuela de pueblo. Esto plantea el tema de los recursos. ¿Quién puede permitirse esto? Pues, evidentemente, la clase alta de la sociedad, lo que genera un problema de segregación y de elitismo que pensé que no volveríamos a ver en una sociedad moderna. Pero también encontramos la cuestión "¿hasta cuándo?". ¿Cuándo dejan de formar los padres a los hijos en este sistema? ¿La E.S.O.? ¿El Bachillerato? ¿Como convalidan estos conocimientos si siguen este sistema? Porque está claro que alguna autoridad competente tendrá que valorar estos aspectos y atestiguar que los que han seguido este sistema han recibido la fromación mínima en una serie de competencias. Demasiadas incógnitas y muy pocas respuestas. Sólo argumentos en un terreno pantanoso, en el que, en caso de error, los perjudicados van a ser los jóvenes.

He intentado romper una lanza a favor de este sistema, pero veo más contras que pros. Se esgrime el argumento del trato más personal, de mayor orientación que reciben estos jóvenes en sus casas, pero esto es algo en lo que ya se está formando a los docentes, del mismo modo que para encontrar y acabar con la lacra de nuestro sistema: el fracaso escolar. 

Por supuesto, el derecho a elegir qué educación quieres para tus hijos debe ser respetado, siempre y cuando no incumpla una serie de mínimos.

Gracias por leer. ¡Nos vemos en la próxima!

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