Conflictos, conflictos y más conflictos...

 ¡Hola a todos!

A estas alturas estaréis cansados de oirme (o leerme) hablar de la acción tutorial, pero hoy quiero hablaros del conflicto que, personalmente, no querría tener que encontrarme en un aula, pero para el que debo estar preparado, tanto física, como mentalmente: un comportamiento disruptivo. Vamos allá:

¿Qué entendemos por comportamiento disruptivo? Cualquier conducta que interrumpa el curso normal de la clase. Incluyo en esta definición interrupciones, emplear un tono elevado, alterar y molestar a los compañeros, comer dentro de las clases...

Evidentemente, estos son sólo unos pocos ejemplos, y de diversa gravedad, aunque ligeros. He seleccionado los más habituales. Estos con una pequeña amonestación verbal suelen reducirse (también debemos tener en cuenta el contexto en el que se producen, pues no es lo mismo a primera hora que a última o después del recreo o la clase de educación física), pero, si persisten, debemos tomar medidas más severas. Por suerte para los profesores, los centros cuentan con su propio reglamento, en el cual se recogen las consecuencias de dichas acciones, por lo que no debemos redescubrir la rueda. 

Pero, ¿sirven estas sanciones para evitarlas? Todo apunta a que no, sólo castigan estos comportamientos. Y aquí es donde entra el tutor. El tutor debe encargarse de hablar con el alumno (o alumnos) en cuestión y hallar la causa de tal comportamiento. Si se hace de forma correcta y dedicamos una tutoría a compartir con los compañeros la experiencia, reduciremos la aparición de repeticiones. Si el conflicto consiste en un pelea, debemos descubrir cuál es su origen. Por el contrario, si lo que el alumno pretende es desafiar la autoridad del profesor y llamar la atención, debemos saber qué motivación o causa está tras este comportamiento.

Por supuesto, no debemos olvidar que todo tutor debe actuar de forma justa y equitativa, esuchando a todas las partes implicadas y actuando nunca como venganza, sino con la finalidad de que se reflexione sobre lo sucedido.

Gracias por leer. ¡Hasta la próxima!